Aprendiendo sobre plantas medicinales ¡y comestibles! en Navacerrada.

En la mañana del 28 de octubre, la Oficina de Turismo de Navacerrada organizó una visita gratuita por las medianías de nuestro agradable pueblo serrano. El lugar de encuentro fue la Oficina de Turismo, donde encontramos con un grupo de personas llegadas de varios pueblos vecinos, pero también de otros lugares de Madrid. Aquí conocimos a nuestra guía local, Ángela Aguilar, naturópata y especialista en nutrición, plantas medicinales, gastrobotánica y co-creadora de “Amartesana”.


Poco después de la hora establecida, el grupo puso rumbo a la presa de Navacerrada haciendo la primera parada en un parque de juegos infantiles. Aquí descubrimos especies de árboles más comunes como el roble, el nogal o el avellano, pero también identificamos otras plantas que causaron asombro entre los compañeros. Como la malva, cuyas hojas se comen cual verdura y sus flores se utilizan para infusiones revitalizantes por su acción emoliente.



Otras plantas identificadas durante esta parada fueron el llantén y el gordolobo, tan usadas en la medicina natural por su poder expectorante. Lo más curioso es que son plantas que pisamos sin darnos cuenta en el parque, en nuestros caminos por el monte o incluso, en nuestro paseo al trabajo. También hablamos sobre la ortiga, enemigo número uno de los que pasean por el campo con niños por su acusado picor. A partir de hoy podremos mirar a la castigada ortiga con otros ojos, ya que tiene muchas propiedades vitamínicas y es un excelente acompañamiento para comerla en sopas y en tortillas, ¡mucho mejor que su hermana la espinaca!


Y así avanzamos por el recorrido, compartiendo y escuchando cómo Ángela nos contaba sobre los diferentes usos de la “comida que pisamos”. Un movimiento iniciado por Josep Pàmies que nos enseña cómo aquellas plantas que habíamos estigmatizado como malas hierbas (aún recuerdo mi padre año tras año cortado el diente de león que nacía en el jardín acusándolo de ser una planta maldita), son en realidad alimentos que nos aportan numerosos nutrientes, sabor y originalidad a los platos, a las infusiones y a nuestro sistema inmunológico.





Para terminar el paseo, subimos por el Paseo de la Longuera, disfrutando de un agradable regreso entre árboles autóctonos y donde además existen carteles para poder identificarlos fácilmente. Aquí aprendimos sobre los varios usos medicinales de los árboles como por ejemplo el tejo, de donde se obtiene el Taxol, un ciclostático que impide que la célula cancerígena se reproduzca y se usa mucho en quimioterapia, el espino blanco que es un regulador de la tensión o el sauce, proveedor de ácido acetil salicílico.

La actividad fue una experiencia muy enriquecedora para los asistentes, pues todos aprendimos muchas cosas útiles sobre las plantas locales. No hay que olvidar que Navacerrada se encuentra dentro del reciente Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, y que en toda visita debemos ser respetuosos con la naturaleza, no extraer ni llevarnos ninguna planta a casa, dejar residuos o alterar el medio. Este mensaje se transmitió varias veces a los asistentes, quienes a su vez, se lo explicaron a los más pequeños y esperamos sigan poniendo en práctica en sus próximas visitas.

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